Sobre la imagen de Roma en el cine

 

Introducción

Hace unos meses las musas me visitaron induciéndome, con especial persistencia por cierto, a desarrollar un artículo con una temática diferente a las que normalmente propongo y que la relacionaba directamente con el cine. De esa forma he ido dándole vueltas a la forma y al contenido que podía desarrollar de manera que fuera ameno, lúdico y riguroso en lo que atañe a la parte cinéfila, ya que aunque puedo sugerir o recomendar, sólo me basaría en cuanto a mis gustos personales y no en cuanto a calidad filmográfica de las películas de las que hablaré a continuación. Por tanto y antes que nada, os pido disculpas si los lectores consideráis que mis apreciaciones pueden no ajustarse a las críticas formales de cualquier buen cinéfilo, y emplazo con total libertad y modestia a que cualquiera que quiera opinar constructivamente al respecto pueda hacerlo a través de los canales habituales.

 

El origen de las películas de época

Dicho esto y después de intentar ordenar las ideas agolpadas en mi enrevesado cerebro, os explico para dar comienzo, la terminología referida al cine de época principalmente, aunque no exclusivamente grecorromana: los llamados "péplum", este término proviene del nombre de una túnica griega y se empezó a designar para las producciones de bajo presupuesto que durante los años 50 se empezaron a rodar principalmente en Italia. Esta clase de películas empezaron a gozar de cierta aceptación entre los espectadores europeos importándolas posteriormente las superproducciones americanas. 

El cine americano mucho más productivo y con una visión comercial más global, destinó ingentes partidas económicas principalmente destinadas a las ambientaciones artesanales y a la contratación de las principales estrellas de la época, aunque al principio estos films estaban destinados a místers musculosos que encarnaban a personajes como Hércules, con posterioridad se desarrollaron temáticas con moralina religiosa que permitían aleccionar a las familias de una emergente sociedad americana, es el caso de Ben Hur, o  aunque no sea de época clásica, de los Diez Mandamientos. No obstante, la opulencia de las elitistas clases romanas fueron el blanco de muchas películas que mostraban una sociedad corrupta, abandonada a los placeres y donde dos personajes principales, el bueno y el malo al más puro estilo western, estaban perfectamente definidos. Esta es una de las causas por las que hay una concepción errónea de la vida cotidiana de la Roma tanto republicana como imperial, más que errónea, distorsionada. 

Grandes superproducciones como Cleopatra, con una increíble Elizabeth Taylor a la cabeza, con constantes demoras en el rodaje y con costosísimos diseños de escenografía y vestuario, se convirtieron en las mayores pesadillas de los estudios, haciendo peligrar no sólo el rodaje del film sino la perdurabilidad de los mismos, llegando a ser causa de bancarrotas sonadas por un éxito de taquilla poco acorde con la inversión. Por tanto, algunas de estas películas, tenían un interés más centrado en la estética que en la rigurosidad histórica y esto en cierta forma, caló en los espectadores. Durante los años 50, se prodigaron títulos como La caída del Imperio romano, o Julio César, interpretada esta última por un joven Marlon Brando en el papel de Marco Antonio o James Mason en el papel de Bruto, se constataba así la moda del péplum de gran presupuesto con papeles encarnados por superestrellas consagradas o en plena emergencia o incluso primeros actores del afamado teatro británico venidas para cubrir los no menos importantes personajes secundarios del gran elenco que suponía una producción de estas dimensiones.

Durante los años 70, las series televisivas también dedicaron su espacio al péplum, en especial la BBC con su adaptación de la novela de Robert Graves, "Yo, Claudio", magistralmente interpretada por Derek Jacobi. En este caso, la adaptación al más puro estilo inglés, mostraba las más oscuras sombras y delirios de la época imperial desde Augusto hasta Claudio. Jacobi, ya consagrado como actor de teatro, alcanzó una gran popularidad a nivel europeo y se consolidó como uno de los grandes de la interpretación de clásicos, no sólo grecorromanos, en el panorama internacional, de hecho muchos de vosotros lo recordaréis por su papel de Senador Graco en Gladiator (2000).

Pero así como el imperio romano tocó a su fin, el péplum fue perdiendo adeptos en pro de los westerns americanos, y durante unos años los grandes estudios olvidaron en sus cajones los guiones que contaban las hazañas de grandes héroes griegos o los que relataban con sorna la extravagante vida de emperadores egocéntricos y profundamente tiránicos, cayendo en el olvido más absoluto. Aun así en el año 79, los Monty Python se atreven a rodar una de las comedias de más éxito en su carrera, "La vida de Brian". Esta delirante película que nos muestra una venida de Cristo de lo más accidentada, aprovecha el momento histórico para regalarnos auténticas joyas de la comedia más british, incluyendo al propio personaje, Brian, copiando 100 veces en el muro "romanos iros a casa" en latín y declinando la segunda ante unos soldados-profesores de lo más peculiares, o el momento en que un grupo de resistencia judío relata todo aquello que los romanos les habían proporcionado y sus condiciones antes de la conquista de Jerusalén. No obstante, esta pincelada será un apunte circunstancial a un estilo en declive, ¿o no?

A pesar que el péplum no volvería a su apogeo máximo hasta la llegada de Gladiator en el 2000, hay un film, bueno....en realidad una saga, que muestra la historia de Roma de finales de la república de una forma simplemente magistral. Rodada en el 77, es una de las mayores sagas cinematográficas de la historia, su nombre, STAR WARS

 

Star Wars y el imperio romano

Muchos de los que estáis leyendo esto, pensaréis que las musas de las que hablaba antes me han trastornado hasta límites insospechados, pero creedme cuando os digo, que George Lucas diseñó un péplum futurista de un éxito sin precedentes, vamos a argumentarlo...

Si ponemos la cronología de la Saga en la forma correcta, veremos el espacio temporal con total nitidez y comprenderemos el segmento que George Lucas pretendía mostrar. La república vive unos tensos momentos, ya que un grupo de senadores en la sombra planean la instauración de un imperio totalitario bajo el dominio de un único hombre. Palpatine, es el personaje que encarna al senador corrupto que logra, con la aprobación del Senado, alcanzar el poder para sofocar las rebeliones, entre ellos el control de los jedi. Tras mostrar sus intenciones auténticas, se convierte en emperador, inciando un periodo oscuro y de guerra civil con la resistencia encarnada por Skywalker y Leia. A partir de ahí lo que ya se conoce.

Bien, si analizamos la situación veremos similitudes más que evidentes con el periodo tardorrepublicano romano, en él hallamos un Senado corrupto incapaz de tomar decisiones ni ponerse de acuerdo debido a las luchas internas entre distintas facciones y a las guerras fronterizas con las provincias rebeldes, Julio César es acusado de intentar iniciar un modelo tiránico en la sombra, más acorde a un reinado totalitario que a un modelo republicano, y es apartado de la escena, lo que le obliga a entrar en Roma con el control de sus legiones, iniciando así un periodo de dictadura y guerra civil, que dará paso a la época imperial. 

Siempre he creído que Darth Vader en la escena de su muerte junto a Luke Skywalker representaban de forma magistral la escena del asesinato de César por Bruto, incluyendo el espacio dedicado a las revelaciones "Yo soy tu padre" o la supuesta frase que César pronunció al morir "Tú también, ¿hijo mío?" estableciendo un paralelismo casi exacto de las dos situaciones. El proceso de transformación de Anakin Skywalker en Darth Vader es el mismo que el de César de hombre de estado a tirano. Anakin conoce su poder y quiere desarrollar su potencial sin dejar de lado su orgullo y su conciencia de superioridad, César al igual que Anakin ansía los éxitos militares que le consagren al más puro estilo Alejandro Magno, y ese ego tan marcado y la seguridad en su potencial le llevará a cruzar el Rubicón para acabar con la República y establecer su dictadura. Ambos optan por el lado oscuro, por el totalitarismo y el establecimiento del orden, ambos son brillantes estrategas que controlan las legiones bajo su imperium. A pesar de que Palpatine en su etapa política podía ser el vivo reflejo de César, creo que en verdad se asemeja más a Vader en cuanto a su comportamiento y su dualidad. Servilia madre de Bruto, se correspondería con el personaje de Amidala, ya que Servilia, amante de César desde hacía años, era una firme defensora de la república, instaurada y defendida por sus ilustres antepasados. Ella es la que insta a su hijo a preservar el legado de sus ancestros y la que incita a la rebelión contra César, es decir contra aquél a quien ama. Amidala mantiene una relación en la sombra con Anakin, ella es una clara defensora de la República y se posiciona contra las acciones emprendidas por un Anakin más sith en ese momento que jedi.

George Lucas sin duda se inspiró en Roma, en la segunda guerra mundial y en los samuráis para entrelazar una historia universal que habla de los errores que el ser humano comete reiterativamente debido a una obsesión por el poder. Otro aspecto que argumenta la idea de su inspiración en los grandes momentos de la historia clásica, especialmente en Roma, es la carrera de vainas de Anakin, que es una carrera de cuadrigas en toda regla, o cuando los Jedi y Amidala son maniatados en un poste de madera en lo que sería un anfiteatro.

Lo cierto es que en las décadas que quedaban por venir, Hollywood no estaba por la labor de invertir en producciones tan costosas sin la seguridad de un público entregado. No fue hasta el año 2000 cuando Gladiator puso de nuevo de moda el cine péplum.

Películas s.XXI

Como decíamos, el estreno de Gladiator supuso un enorme riesgo para la productora, entre otras cosas porque no se sabía con seguridad la aceptación de esta clase de films entre un público más acostumbrado a grandes escenas de acción y a increíbles efectos especiales. La historia de Gladiator no es para nada original, pero sí que innovaba técnicamente, por lo que se convirtió en el "péplum" de moda, la informática y las técnicas más innovadoras recrearon de manera más o menos fidedigna un escenario real y completo del s.II, desde las vistas aéreas hasta las escenas del Coliseo. Más allá de eso, Gladiator seguía ofreciendo la imagen de bueno y malo, del tirano y del salvador del imperio, sin ahondar en lo más profundo de Roma, algo que en mi opinión sí hará la serie Roma.

Tras el éxito de "Gladiator", otros intrépidos directores probaron el dulce sabor del éxito con producciones clásicas, es el caso de Troya, interpretada por Brad Pitt, y que he de decir que me dejó un sabor agridulce, Alejandro Magno, interpretada por Colin Farrell y Angelina Jolie, o de "300" que, basada gráficamente en un cómic, narra la epopeya del rey Leónidas (interpretada por Gerard Butler) contra los persas en la batalla de las Termópilas. Esta película no sólo me atrapó visualmente por su estética cómic sino porque sintetizaba exactamente lo que es un relato heroico, si un griego de la época hubiera podido explicarlo gráficamente lo hubiera filmado exactamente igual, exceso de sangre, exceso de narrativa, exceso de heroicidad, todo ello compone lo que realmente es una historia con moraleja, un cuento para niños o un legado de lo bueno y lo malo llevado al extremo. No intentéis buscar la rigurosidad histórica porque ni los espartanos iban vestidos como en un desfile de hombretones cachas ni Leónidas era tan joven (tenía sensenta en la batalla de las Termópilas), por no hablar de la apariencia de Jerjes. 

Tras 300, se intentan nuevos péplums basados en los grandes mitos griegos, pero eso sí con menor fortuna como "Inmortal" o "Furia de Titanes". 

La última gran superproducción "Pompeya" que intenta trasladarnos al fatídico momento de la erupción vesubiana, se queda en un bonito relato de amor entre actores de moda con un final potente y visualmente atractivo, apto para adolescentes rendidas ante el ex Jon Nieve. Eso sí, no hay que quitarle ni mucho menos el mérito de sus grandilocuentes efectos especiales pero que, a mi entender, se queda corta en lo que a posibilidades se refiere en el desarrollo de uno de los momentos más importantes de la historia del imperio romano.

Roma y Spartacus

La serie Roma, y esto es a título exclusivamente personal, es la constatación de que pueden hacerse series y películas ambientadas en esa época siendo bastante fidedignas en cuanto a historia y ambientación. A pesar que existen aspectos que no se corresponden con la historia al 100%, lo cierto es que exceptuando estas pequeñas licencias, su reproducción de la época romana es fiel en cuanto a escenografía y argumento. En Roma (la serie), hay dos grupos de personajes que crean una ambientación espléndida, la primera corresponde con los grupos de élite romana encabezados por la familia Julia y los Bruto más toda la corte patricia romana que gira en torno a ellos y una segunda centrada en los personajes de Pullo y Voreno donde se muestra la vida cotidiana del ciudadano corriente, el que vive en el barrio de Subura. No se trata sólo de mostrar la historia de finales de la república y principios del imperio, sino la repercusión de estas decisiones en el pueblo de Roma, así se aprecia con total nitidez las dificultades que un soldado en activo tenía al finalizar su etapa militar y entrar de nuevo en una sociedad civil en la que ya no encaja, o los entresijos de una ciudad desordenada, caótica e irreverente, pero tremendamente consciente de su relevancia. Roma es opulencia y miseria, es política y sociedad, pero no por ello se muestra menos atractiva al espectador, bien al contrario, fija poderosamente la atención y hace seguir el hilo conductor en ambas direcciones mostrando de manera realista lo que se acerca más a lo que fue, aunque para ello tengan que mostrar la basura no mostrada con anterioridad en las grandes superproducciones hollywodienses. Roma es Roma, sin más.

 

Spartacus vendría a ser el "300" low cost en formato serial, basándose en la estética cómic iniciada por Zack Snyder, la serie nos muestra el periodo en el que Espartaco pasa de gladiador a abanderado de la liberación de los esclavos de Roma y que puso en jaque al senado durante el s.I a.C, aun así muestra la importancia de estos hombres y la erótica del poder a través del ludus. 

Juego de Tronos

Si creéis que de nuevo se me ha ido la cabeza tras star wars, no os equivoquéis, ya que Juego de Tronos es una bonita mezcladora de distintas épocas, que remueve y remueve hasta dar a luz un proyecto aparentemente fantástico. 

Uno de los aspectos inconfundibles del imperio romano es su "limes" es decir, las fronteras fijadas sobre aquello que era romano y lo bárbaro, Adriano construyó un muro divisorio y de protección que delimitaba estos territorios, ¿os suena de algo? El muro de Juego de Tronos, defendido por "los cuervos", muestra ese espacio entre lo conocido y lo desconocido o entre lo salvaje y lo civilizado. Pero lo que realmente hace histórico a Juego de Tronos son las miserias y glorias de sus personajes, que se asemejan mucho muchísimo a los entresijos de las primeras familias romanas. 

Una de las fotos virales de la red muestra al personaje del Rey Joffrey junto a un busto de Calígula donde el parecido es más que asombroso y no sólo por los rasgos físicos sino que el parecido excéntrico y tiránico que mueve al personaje es digno de la biografía del emperador. El personaje de la serie focaliza sus odios y desprecios en su tío Tyrion Lannister, centro de sus burlas por su aspecto físico y por las altas capacidades intelectuales, ¿hacemos el paralelismo con Calígula? La pregunta es, ¿Quién era tío de Calígula? La respuesta es Claudio, aquejado por su cojera y su tartamudez era menospreciado y vilipendiado por su familia, por ello se refugió en el aprendizaje de la historia antigua. 

Como véis esta es una de las innumerables muestras de que la ficción bebe de fuentes históricas, aunque la realidad siempre la superará en crueldad, sin ninguna duda. Al fin y al cabo, y aunque el ser humano ha cambiado, nos seguimos movimiento por los mismos impulsos básicos que han dado cuerda a la historia y que en cierta forma hemos solapado en otras formas de proceder pero no en contenido. 

La llegada de Gladiator II, es un intento de premiar con una nueva superproducción a los amantes de la primera, pero es un batiburrillo de despropósitos que creo, no están a la altura de las espectativas. No se trata de la fidelidad histórica de la época de Geta y Caracalla que deja mucho que desear, sino en la falta de definición. De esta segunda esperaba una trama entrelazada, pero lo que en realidad hay es una copia de cada personaje y de cada escena de Gladiator I, hasta el punto que tenemos una guerra, el nacimiento de un gladiador, la llegada a Roma, dos emperadores enajenados en vez de uno, una venganza, testosterona en el Coliseo, una sorpresa ya desvelada en el trailer y un final extraño. El problema es ese, que se abusa estirando el chicle de la trama de Gladiator I para que el espectador se trague un Coliseo inundado con tiburones y macacos zombies en vez de los tigres de la primera, de hecho sale uno enjaulado que hasta da penica. Hay buenas peleas sin duda. La banda sonora la misma, el Coliseo lo mismo, la trama casi gemela. ¿A quién hay que darle un premio? Al director de casting, porque si algo merece la pena es contemplar a un comecámaras como Denzel Washington que simplemente se come todo y a todos. Para mí lo peor, aunque os suene raro, es la ambientación. Teniendo en cuenta la IA, la cantidad de documentación y las herramientas digitales, ver el Coliseo sobre una cota alzada, una vía romana con una puerta que da lastimica y un pavimento de gravilla entre un descampado. Por no hablar de que no hay ni lápidas ni mausoleos fuera de la ciudad que entierran a los gladiadores en el Coliseo o que las inscripciones son en inglés. Es como una puñalada al buen gusto. El peor error de toda la película, se halla en lo que no está. Julia Domna, una de las féminas más importantes de la historia romana y de la que podrían haber sacado una trama en sí misma, está desaparecida, eso sí, los dos hermanos aparecen grotescamente sobredimensionados aunque los actores están de 10.

Ahora estamos a la espera de Odisea. Espero que logren el difícil equilibrio entre los efectos especiales y la epopeya clásica. 

Sea de la forma que sea, es importante que sigamos apreciando estas megaproducciones. Si sirven para que alguien se interese por lo clásico, ya me doy por satisfecha.

Mireia Gallego

 

 

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Asunto: Comentario Autor: Luis Parra Fecha: 25.01.2019

Excelente artículo. Muy interesentes las analogías, amena su narrativa y de fácil comprensión. Sin lugar a dudas la musas fueron muy generosas contigo. Saludos

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