Mausoleo de Halicarnaso
Introducción
A pesar de que estamos hablando de localizaciones ubicadas en la actual Turquía, lo cierto es que los grandiosos monumentos a los que estamos haciendo referencia, pertenecen a la época Helenística, cuando los sátrapas de Oriente encargaban sus trabajos a los mejores escultores y arquitectos griegos, por tanto aunque la antigua Halicarnaso se ubica en Bodrum, se reconoce su arte como griego y pertenece a un segmento histórico en el que lo helénico prevalecía en todos los conjuntos urbanísticos del mediterraneo.
Reconocido como una de las siete maravillas del mundo antiguo por Filón de Bizancio y Antípatro de Sidón, se le reconoce principalmente por su calidad constructiva pero sobre todo por la ornamentación del complejo, tal fue la impresión causada que el nombre de su morador pasó a designar todos los monumentos fúnebres hasta nuestros días. Dicho lo cual, es importante saber qué era el Mausoleo, su fin, y las condiciones en las que fue construído
Restos actuales del Mausoleo en Turquía
Hecatomno de Milasa en el s.IV a.C era el sátrapa (Gobernadores del Imperio Persa) de Halicarnaso y las zonas adyacentes, durante su gobierno tuvo 5 hijos, pero sus primogénitos fueron Mausolo y Artemisia que pasaron a controlar el territorio a la muerte de su padre. La pareja de hermanos y esposos, al más puro estilo oriental, conquistaron gran parte del territorio costero Turco, asegurando una fuente de ingresos tributarios y consiguiendo una importante fortuna que utilizaron para agrandar y embellecer la ciudad de Halicarnaso.
A lo largo de las más de 2 décadas de Gobierno, los esposos controlaron eficientemente la administración territorial, pero la muerte de Mausolo a mitad del s. IV a.C, sume a Artemisia en una profunda tristeza que la llevará a erigir en honor de su hermano y marido el monumento fnerario más imponente hasta la fecha. Esta teoría de construcción póstuma no es la más verosímil, casi con toda seguridad, se iniciaron las obras durante la satrapía de Mausolo cuando aun estaba vivo mediante el tesoro acumulado por las recaudaciones de impuestos.
Sea como fuere, el gusto helénico de Mausolo y la admiración por éstos, motivó la construcción del edificio para el que se contrató a arquitectos y escultores griegos. La dirección de las obras quedó a cargo de Sátiro de Paros y de Piteo, que idearon una estructura ligeramente rectangular, donde 4 de los mejores escultores debían dejar su impronta asignándoles individualmente una de las cuatro paredes del muro. Por tanto cada lado del recinto estaba finamente decorado con elementos como frisos o esculturas de cada artista, los más relevantes de su época traídos desde Grecia: Escopas de Paros, Timoteo, Leocares y Briaxis.
©Trustees of the British Museum
El edificio comprendía 4 plantas, que alcanzaban más de 45 metros de altura, compuestos por 3 bloques diferenciados. En la parte más baja, un podío decorado con mármol blanco y frisos en relieve con la representación del enfrentamiento de griegos y amazonas, que soportaba una segunda altura perimetrada por columnas (8 frontales y traseras y 10 a los laterales). Sobre este piso recaía el peso de un tercero en forma piramidal, sobre la que se colocó un carro tirado por 4 caballos con la efigie de Mausolo y Artemisia.
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Friso lucha con las amazonas ©Trustees of the British Museum
El mármol blanco ofreció un aspecto monumental y elegante, su ubicación en lo alto de la ciudad, permitía ser visto con facilidad incluso desde la costa, y su decoración ostentosa y tremendamente realista causaba admiración al visitante.
Los arquitectos incluyeron en la escalinata las esculturas de leones a modo de custodio, éstos representaban la protección pero también se trataba de un guiño a la cultura oriental persa, de la que Mausolo y su familia formaba parte.
©Trustees of the British Museum
Jinete a caballo ©Trustees of the British Museum
Con el devenir de los siglos, las guerras y los saqueos, el Mausoleo fue perdiendo el esplendor de antaño. Posiblemente un terremoto y posteriomente el uso de sus mármoles para la construcción del Castillo de San Pedro de Halicarnaso, que dejó al descubierto los túneles y los sarcófagos, acabaron por dejar el área como si de un solar se tratara, manteniéndose pocos elementos diseminados que fueron llevados al Museo Británico.
El tamaño de las esculturas dan una pista de las dimensiones, ya que sólo las dos efigies de Mausolo y Artemisa miden casi 3 metros.
Conclusión
Cuando alzas la mirada hacia las dos estatuas que se hallan en el Museo Británico, no puedes dejar de impactarte, lo cierto es que Mausolo inclina la mirada levemente hacia abajo, causando una mezcla de poder y temor, pero esos aspectos se desvanecen en cuanto intentas analizar el complejo fúnebre como un todo, ya que a pesar de tratarse de recinto póstumo, proporciona belleza y respeto al que lo contempla.
El arte helenístico sintetizó magistralmente la perfección y la practicidad, convirtiendo la tragedia en un espectáculo visual a la altura de sus moradores.