Fíbulas
Tesoros del Museo Británico
Introducción
Ya sabéis que soy una apasionada de los elementos cotidianos de Roma, casi más que de la propia historia en sí, supongo que los objetos de alguna manera me recuerdan que existieron, amaron, sufrieron...en definitiva vivieron. La historia aunque apasionante es más etérea, menos tangible y tan susceptible a interpretaciones y opiniones como personas la estudian. Hoy os hablaré de uno de los elementos más simples, y comunes pero que sintetizan de alguna forma las clases sociales: Las fíbulas.
¿Qué son?
Las fíbulas se han usado al menos desde la edad de bronce, y es un objeto sencillo pero muy práctico, la propia etimología de la palabra latina nos da pistas pues se trata de un pasador o aguja que permitía fijar la ropa, básicamente como si fuera una hebilla. Los romanos utilizaban varias capas de ropa y a pesar de que acostumbraban a ser más sencillas para sus quehaceres diarios, especialmente túnicas muy básicas, adquirían más sofisticación y elegancia si la ocasión lo requería. Las fíbulas por tanto permitían en invierno ajustar las pallas o capas de lana con mayor seguridad, pero también se convertían en un complemento indispensable para mostrar el nivel adquisitivo de su portador.
No es un elemento propiamente romano, de hecho una de las piezas más bonitas y mejor preservadas es la Fíbula de Braganza confeccionada en oro y que casi con toda seguridad es celta. Localizada en Portugal se muestra a un guerrero con una espada larga, toda ella exquisitamente decorada con detalles milimétricos, una delicia que puede contemplarse en el museo británico.
Fíbula de Braganza Tesoros del Museo Británico
Los etruscos fueron otros de los pueblos con una habilidad innata para la artesanía, lo fueron en relación a la cerámica pero muy especialmente en la joyería y orfebrería, dejándonos auténticas filigranas en fíbulas de diferentes colores y formas, el hecho que algunas se hallan hallado junto al resto de tesoros de sus propietarios sugieren que eran consideradas mucho más que un objeto ornamental, era una propiedad, un legado.
Autor Sailko Creative Commons Attribution 3.0 Unported
Los griegos, íberos y romanos no se quedaron atrás, muestra de ellos son las miles de fíbulas halladas en lo ancho del imperio, algunas de ellas con gran nivel de profesionalización. Aun así las fíbulas fueron de uso cotidiano y generalizado y a pesar que tendemos a basarnos en obras delicadas y técnicamente casi perfectas lo cierto es que muchas de ellas eran simplemente un objeto práctico, en las dos imágenes que siguen veréis exactamente de lo que hablo, una muestra un gran trabajo artesanal mientras que la siguiente es lo que es, un imperdible.
Sandstein Creative Commons Attribution 3.0 Unported
Tesoros del Museo Británico
Emperadores, patricios, plebeyos, esclavos...todos usaron las fíbulas, algunos bustos y estatuas siguen mostrando ese elemento como parte de la propia equipación.
Tesoros del Museo Británico
Tesoros del Museo Británico
La gran mayoría de ellas muestran pequeños elementos de ornamentación pero es muy usual hallar fíbulas con formas de animales: pajarillos, caballos, serpientes ... o incluso complementadas con cadenas y rematadas con piedras de colores. Los materiales utilizados varían sin duda según cada cliente: hierro, metales nobles, madera, hueso, cristal.... pero quizás el máximo exponente del lujo en fíbulas se dio durante el imperio romano de oriente, donde los mosaicos y las pinturas murales destacan el elemento en sintonía con el resto de joyas.
The Yorck Project (2002) 10.000 Meisterwerke der Malerei (DVD-ROM), distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. ISBN: 3936122202.
Con el devenir de los siglos y ante la evolución de la moda, las fíbulas se fueron transformando en broches decorativos para solapas pero también se convirtieron en auténticos símbolos de estatus o cargo que ofrecían información sobre diferentes rangos.
Como podéis comprobar, un simple elemento ornamental puede convertirse en una fuente de información visual.
Mireia Gallego
Julio 2020