Calcoteca

De Richard Couture - https://www.kronoskaf.com/vr/index.php?title=Image:Chalkotheke.jpg, CC BY-SA 3.0

 

Es evidente que cuando alguien supera los propileos de la Acrópolis para dar paso a la planicie, en lo que menos se fija es en la cantidad de capiteles, tambores de columnas, o restos de las cimentaciones de los edificios que ya no pueden apreciarse. El ojo tiende a centrarse en los monumentos que siguen siendo icono de la ciudad y que además has proyectado durante años en tu memoria, de hecho es más que posible que cuando estés babeando ante el Partenón tus pies estén sobre los restos de otros monumentos que pasan totalmente desapercibidos, eso si no te has matado antes con los desiveles de las piedras, ni se te ocurra ir con chanclas por cierto.

Digamos que la Calcoteca es prácticamente invisible por lo que os he colocado y marcado una imagen aérea para que os sea fácilmente reconocible. Como podéis ver lo poco que queda de su estructura son unos cuantos restos de mármol dispuestos ordenadamente en el suelo pero poco más, ahora bien el hecho que no pueda contemplarse no signifiica que no sea importante.

 

 

Etimológicamente calcoteca proviene de dos palabras griegas: Χαλκός que significa cobre y θήκη que significa caja, aunque esta última proviene a su vez del verbo guardar, es decir, donde se guardan los cobres. Realmente es la definición exacta de lo que era, una especie de edificio donde se custodiaban las ofrendas de los asistentes ilustres o más adinerados y que normalmente eran estatuillas, escudos o incluso unas jarras ceremoniales llamadas hídrias que aunque inicialmente eran de cerámica, en el s.V a.C pasaron a confeccionarse en cobre grabándose sobre ellas figuras mitológicas. Pensad que era tal el volúmen de ofrendas a la diosa Atenea del Partenón que se hizo necesaria la construcción de este almacén anexo. El edificio en sí no era de una belleza comparable a sus templos vecinos, era más bien una estructura eminentemente práctica. 

La Calcoteca, datada en el s.IV a. C, estaba situada entre el Partenón y el Santuario de Artemisa. Su estructura estaba casi adosada en su parte trasera al muro exterior de la Acrópolis, y aunque en origen se trataba de un bloque homogéneo al que se accedía desde un patio con una escalinata lateral que daba directamente al Partenón, posteriormente se le añadió un pórtico con seis columnas para darle mayor ligereza al conjunto intentando que perdiera esa composición monolítica. De base rectangular disponía de unas dimensiones de 43m x 14m con base de piedra y toba volcánica. 

Parece ser que en el patio central los griegos colocaron una réplica del caballo de Troya o al menos eso nos relató Pausanias en sus libros y en su entrada se instaló una estela de piedra con la relación de ofrendas que había en su interior. Entiendo que no estarían todas y cada una de ellas sino aquellas que seguramente por su valor interesara dejar constancia escrita, no fuera el caso que con el paso del tiempo se perdieran misteriosamente.

Con el devenir de los siglos y ya en periodo de hegemonía romana se procedió a restaurar y embellecer la Calcoteca. Es gracias a las pocas inscripciones halladas en sus restos que se pudo localizar el edificio.

 

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