Capua
Introducción
Hay ciudades que despuntan arqueológicamente por el estado en el que se encuentran sus antiguos edificios, más si cabe si son de grandes dimensiones y si están dedicados al ocio, en el caso que nos ocupa, es así, pero añadiría que Capua dispone de un significado más profundo, más histórico. Es una magnífica casualidad que la arena de su anfiteatro sea uno de los mejor preservados, porque la historia de Capua y la de Occidente va intrínsecamente relacionada con los espectáculos de gladiadores, es el capricho del destino que parece decirnos que hubo una vez un hombre libre de pensamiento pero esclavizado entre sangre y arena que creyó en un sueño de libertad, siendo capaz de poner en jaque a la autoridad de Roma.
Localización e inicios
La antigua Capua estaba situada en lo que actualmente se correspondería con Sta. Maria Capua Vetere, en la provincia de Caserta, a poco más de 25 Km de Nápoles. Sus fértiles tierras y su ubicación cercana al río Volturno (Nombre originario de la población en época etrusca), hizo que fuera habitada ya por éstos en el s.VI-V a.C. La ciudad alcanzó un gran nivel económico debido a su estratégica situación entre Sicilia y Etruria, hecho que la encumbró como la más importante de las ciudades etruscas de la Campania. Quizás por esa misma razón y por su poca capacidad militar, los samnitas aprovecharon a mitad del s.V a. C para hacerse con el control de la misma. A pesar de que siguió su ascensión, el gobierno estaba en manos de las dos tribus, así que aprovechando la ocupación Samnita de los Sidicinos solicitaron la intervención de una Roma cada vez más potente y colonizadora.
Roma intervino y acabó con la ocupación samnita firmando un acuerdo de alianza, y por qué no decirlo, de sometimiento a la autoridad romana. Aun así, los romanos les ofrecieron cierta libertad en cuanto su autogobierno y la condición de ciudadanos sin derecho a voto, si a eso le añadimos la construcción de la Vía Apia que la conectaba con Roma directamente, diríamos que fue el momento de máximo esplendor del municipio.
Su prosperidad fue en aumento pero los recelos surgidos de las continuas expropiaciones romanas en suelo Capuense, hizo que durante las guerras con los cartagineses, el gobierno de Capua se posicionara en el bando de Aníbal, quizás con la esperanza de una victoria cartaginesa y de recuperar la autonomía y control de la región. Lamentablemente, la derrota de Cartago, les puso en una situación terriblemente difícil, siendo castigados y humillados mediante la eliminación de sus títulos y consideraciones legales y con la expropiación de las tierras de la ciudad convertidas ahora en propiedad de Roma y por tanto suelo público que las vendió o cedió a los municipios afines a sus intereses. Tras este hecho, Capua jamás volvió a cuestionar el poder de Roma y continuó creciendo económicamente especialmente durante la República.
Debido a la cantidad de terreno agrario disponible, Julio César a través de la Lex Iulia hizo una repartición de tierras trabajadas para más de 20.000 colonos venidos de la ciudad, eso proporcionó un crecimiento demográfico importante, pero la construcción en el s.I de la vía Domitiana hizo que se repartiera la ruta comercial desde o hacia Roma, lo que supuso un descenso en el volumen de movimiento de mercancías a través de la Vía Apia.
Aun así Capua fue una fuente importante de recursos agrícolas y sede de muchas legiones que se apostaron en sus tierras para abastecerse o como lugar de paso para acceder al Sur de la Península.
Capua escuela de Gladiadores
A pesar de que la gran fuente de recursos económicos de Capua, fue la agricultura, lo cierto es que destacó especialmente como ciudad sede de una de las más prestigiosas escuelas de gladiadores. Léntulo Batiato era un lanista de Capua que había heredado su escuela de gladiadores de su padre, su gran acierto fue la de hacerse con los servicios de esclavos que despuntaron como grandes luchadores, uno fue Crixo y otro, Espartaco. Este último como hemos comentado se convirtió en uno de los problemas más importantes para una Roma que no estaba acostumbrada a rebeliones incontroladas. Espartaco inició una revuelta que mantuvo en jaque a la república romana, iniciándose en el 73 a.C y manteniéndose cerca de dos años.
Espartaco era de origen Tracio, había sido esclavizado y convertido en gladiador debido a un imponente físico y a una gran habilidad con las armas por su pertenencia a las legiones auxiliares de las que había desertado, tras años de sometimiento a una estricta disciplina, decide aunar esfuerzos con todos sus compañeros y asesinar a Batiato, tras ello, escapan hacia el Vesubio con la esperanza de poder evitar las legiones romanas y huir en dirección a los Alpes, se inician así las guerras Serviles. Espartaco sobresalía por una gran capacidad de organización, primero interceptó un cargamento de armas que le sirvieron para derrotar al contingente romano destinado para acabar con él, tras ello consiguió adueñarse de las espadas y escudos de los derrotados para al menos asegurarse una lucha más pareja. Tras saqueos a las poblaciones colindantes y la repartición equitativa a los suyos, Espartaco fue visto por los esclavos de esas mismas ciudades como una esperanza para acabar con la esclavitud que les asolaba, así poco a poco una horda de gente se fue añadiendo en su campaña.
Sin duda Roma había infravalorado el poder y gestión militar de Espartaco y a pesar del nombramiento de Gelio y Léntulo para aplacar la revuelta, Espartaco consiguió evitar las emboscadas, añadiendo nuevos adeptos a su causa. El principal problema es que Crixo tenía otros planes más ambiciosos entre los que no entraba la huida sino el enfrentamiento y la conquista de Roma y a pesar de esa disgregación del ejército de Espartaco lograron contener las tropas romanas.
Casio Longino fue el siguiente en retar a las tropas de Espartaco pero sufrió una nueva derrota, obligando al senado a asignar a Craso como el nuevo defensor del orden romano. Espartaco hace un giro extraño y en vez de huir hacia el Norte como era su intención recula hacia el Sur quizás envalentonado por las victorias, y con la intención de pactar con los piratas una huida por mar. Pero tanto Craso como Pompeyo, designado para garantizar la victoria, cercaron a las tropas de Espartaco, evitando su posible huida tanto a Sicilia como a Grecia. Finalmente, Espartaco decide usar la única vía que le queda, el enfrentamiento directo con las tropas romanas.
Espartaco y los suyos perdieron ciertamente, siendo duramente castigados por su sublevación, pero sentó un precedente que modificó la ley hacia los esclavos.
Tras este hecho, las escuelas de gladiadores de Capua, no menguaron, siguieron gozando de gran popularidad, siendo Julio César uno de los propietarios.
Los restos
Anfiteatro
Sin duda es la joya romana de Capua, a su magnífico estado de conservación se le une su tradición a este tipo de espectáculos, aunque hay que hacer hincapié en que este edificio jamás albergó una lucha con Espartaco o Crixo como protagonista ya que es de construcción posterior.
Los restos que se contemplan actualmente se deben a una reconstrucción ordenada por Augusto y posteriormente reformada por Adriano, pero sí que se sabe que el inicial fue uno de los primeros construidos por Roma.
Con una capacidad de hasta 40.000 espectadores, la arena de Capua se presenta como un tesoro a la vista de lo que alguna vez fue y significó, sus dimensiones hablan por sí solas 167 metros de largo por 138 de ancho, perimetrados por 4 pisos de altura soportados por hileras de 80 arcadas, todas ellas decoradas con bustos.
Uno de los aspectos más destacables del enclave es el magnífico estado de conservación del paseo lateral donde se erigen monolitos de piedras y restos de capiteles corintios con hermosos relieves de Hércules o personajes mitológicos que actualmente se sitúan cercanos al Museo de los Gladiadores. Casi tan importante como la estructura del edificio es lo que rodea al anfiteatro, ya que es posible encontrar los restos de la palestra (lugar de entreno) o los numerosos elementos hallados en la zona como los restos de las armas, armaduras y yelmos que describen perfectamente los estilos y tipologías de lucha.
El arco de Adriano
Pero como en todas las ciudades, aunque haya un elemento destacado que es el que capta la atención del visitante, existen decenas de descubrimientos no tan a la vista que también deber ser referenciados.
Saliendo del anfiteatro hacia la Via del Laboro hallamos una puerta de acceso transitable enladrillada de tonos rojizos, nos hallamos ante el arco de Adriano. A pesar de que el nombre evoque a un arco triunfal lo cierto es que es una puerta de acceso a la ciudad desde la Vía Apia que conectaba con Roma. Aun así se le asigna a Adriano por los restos de una inscripción que permite colocarla en esa época. A pesar de que es romana del s. II, ha sufrido muchas modificaciones posteriores y fue restaurada el siglo pasado debido a los daños sufridos por los bombardeos de la guerra mundial, aun así preserva la estructura original.
Se componía de tres vanos, del que se conserva únicamente el central y las pilastras laterales. Fue construido con ladrillo rojo y revestido con piedra caliza blanca. En cuanto a la ornamentación se decoró con hornacinas donde se colocarían diferentes imágenes en referencia a los emperadores o a Dioses protectores de la ciudad, estas hornacinas siguen siendo visibles, las frontales son redondeadas mientras que las que se hallan en los muros laterales son cuadradas y van decoradas con un falso arquitrabe decorativo.
Curioso es que sus aperturas sigan siendo lugar de paso y trasiego, y aunque su mantenimiento no es ejemplarizante sí que permanece tal y como fue en su día, como un acceso hacia la imponente ciudad.
El Mitreo
El Mithraeum es un santuario abovedado localizado en el 1922. Está relativamente cerca del Anfiteatro y vale la pena dedicarle un tiempo, más que por su significado por el estado de sus pinturas murales y algunos relieves que muestran el nivel de riqueza plástica romana.
Durante muchos siglos en las provincias se extendió el culto a Mitra, un dios oriental que se romanizó rápidamente pero que caló profundamente en los mitos paganos. Es fácilmente reconocible pues posee ropajes coloridos y su cabeza está cubierta por un gorro típicamente oriental, este dios solar tenía su festividad propia el 25 de Diciembre, fecha de su nacimiento, motivo por el cual durante el cristianismo debió prohibir su culto intercambiándola por la natividad de Jesús.
El Mitreo se compone de una serie de pasillos abovedados que conducen a la sala principal donde se halla la pintura mural de Mitra matando al toro albino, en los muros laterales son visibles los restos de otras pinturas que representan su culto, con hombres y mujeres portando cereales y otros elementos naturales.
Domus Confuleius
Capua poco a poco ha ido desenterrando su pasado romano, localizándose joyas casi intactas. A escasos 5 minutos a pie del Mitreo localizaremos los restos de la Domus Confuleius, llamada así por su propietario, un comerciante dedicado a la tintorería.
El estado de conservación de sus pavimentos es excepcional pero las herramientas usadas para su actividad comercial son de las mejores que pueden visitarse tras Herculano o Pompeya. Preserva las estructuras donde se procedía a la limpieza o tinte de tejidos, ofreciendo información muy valiosa.
Conocchia y la Cárcel de Gladiadores
Si aplicamos el sentido común y decimos que estos monumentos están a las afueras de la ciudad en la vía Apia, sabremos perfectamente de que se trata. La Conocchia es un monumento funerario perteneciente posiblemente a una familia de comerciantes, se cree que estaba adyacente a una villa y su nombre lo recibe de un instrumento para la confección de tejidos debido a su forma.
Se compone de tres bloques diferenciados, una base con una apertura de acceso y sobre ella un segundo piso con cuatro esquinas columnadas formando un semicírculo. las paredes están decoradas con hornacinas circulares rematados con falsos arquitrabes. El tercer bloque, es una estructura circular, decorada con pilastras que da una apariencia más alta al conjunto funerario.
Muy cerca de la Conocchia hallamos la cárcel de gladiadores, pues parece ser que ese fue su uso original aunque ese dato no está firmemente contrastado, se trata de una estructura circular decorada con pilastras que soporta otro piso más estrecho igualmente columnado.
Debido a su situación a las afueras de la ciudad es más que posible que albergara los restos funerarios de algún prominente comerciante o personalidad y que posteriormente fuera usado como cárcel. En el s.XIX se le adosó una iglesia cristiana que es lo primero que se ve desde la Vía Apia por lo que el turista debe afinar la vista.
Imagen cortesía ancientcapua.com
Capua, desde mi humilde punto de vista debe albergar auténticas sorpresas bajo sus pies. Una ciudad tan profundamente romanizada y tan arraigada al comercio y al ocio debe disponer de muchos más elementos como un Capitolio, el Foro, el teatro y las termas (halladas parcialmente a las afueras). Aun así lo que puedes contemplar a día de hoy permite ponerla en el lugar que le corresponde, como una ciudad de trasiego comercial, sede de la rebelión esclavista más importante del mundo antiguo, que no es poco.
Mireia Gallego
Abril 2016