Muy interesante y completo. ¿Por qué hipótesis te inclinas más? Muchas gracias.
Dodecaedro romano
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Introducción
Una de las mejores cosas que tiene estudiar y analizar el mundo antiguo es que se nos presentan situaciones fuera de nuestro control, es decir, pensamos que tenemos todo más o menos estipulado, clasificado y hasta contrastado pero un buen día aparece un elemento arqueológico desconocido y tu cabeza hace cortocircuito. He de decir, para ser honesta, que a mí estas intrigas me encantan por no hablar de las hipótesis más o menos descabelladas que puedes lanzar sin ápice de pudor.
Entenderéis ahora, por tanto, que me guste el mecanismo de Anticitera, el disco de Festos, el cuadrado sator o la lapis Niger, ejemplos sin duda de artefactos o yacimientos misteriosos, y aunque el primero ya esté desvelado, algún día por cierto le dedicaré un artículo, el resto está en un proceso de análisis a la espera de que surja una respuesta viable y consensuada por expertos.
En este apartado, os he querido traer un objeto extremadamente simple que se englobaría dentro de este grupo de enigmas arqueológicos, de hecho es pequeño y sin demasiada ornamentación pero a pesar de su simpleza o quizás gracias a ella, lleva de cabeza a todos los especialistas porque no saben qué es ni para qué sirve lo que ha llevado a conclusiones de lo más variadas. Y es precisamente eso lo que vamos a abordar, las diferentes opciones ofrecidas por los expertos y los pros y contras que surgen a raíz de esas hipótesis.
¿Jugamos a desvelar el secreto?
Tesoros Museo Británico
Tal y como podéis ver en las imágenes, el dodecaedro es exactamente eso, un pequeño artefacto de hasta 10 cm de diámetro con doce caras lisas y un orificio en cada una de ellas. Está totalmente hueco y dispone de unas pequeñas bolas decorando cada uno de sus vértices, dándole cierta estabilidad. Están construidos principalmente en metal e incluso se han hallado algunos confeccionados en oro, aunque no es lo habitual.
Cada orificio es de un diámetro diferente, eso en el caso de los dodecaedros, porque también se han localizado icosaedros (veinte caras) con orificios más pequeños e uniformes. Aquí voy a hacer un pequeño inciso sobre el simbolismo de los llamados "sólidos platónicos".
No es ningún secreto que los matemáticos y filósofos griegos estudiaron a fondo las figuras geométricas y es a uno de ellos, Platón, a quien se le atribuyen estudios más exhaustivos o más documentados sobre estos poliedros perfectos junto al matemático Teeteto y al propio Pitágoras. Es Platón en su obra Timeo quien en uno de sus diálogos nos explica, en boca de su protagonista, el simbolismo de estas figuras geométricas, relacionando al icosaedro con el agua y al dodecaedro como la figura perfecta utilizada por los dioses para el ordenamiento del universo. Tampoco es un enigma la importancia que para los celtas tuvo el uso de la geometría tanto en amuletos como en su propio arte, siendo elemento indispensable y sagrado de su cultura más ancestral. ¿Es posible por tanto que sea un amuleto?, ¿un símbolo de la perfección natural?¿un elemento astronómico? Plutarco apunta en esta línea relacionada con los símbolos del zodiaco y las constelaciones y por tanto sería un aspecto a tener en cuenta como posibilidad. Veamos más.
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Hipótesis según localización
Imaginaros que sóis arqueólogos y desenterráis uno de estos objetos, uno de los aspectos más importantes es analizar dónde lo localizas, hablo de sus dos vertientes tanto la de su ubicación en el mapa geográfico como la del lugar exacto dentro del propio yacimiento. No es lo mismo encontrarlos únicamente en campamentos romanos que en espacios exclusivamente privados, ni es lo mismo encontrarlos en un territorio concreto que en todo el imperio romano.
El dodecaedro plantea en este supuesto dos cuestiones importantes, casi todos se han hallado en los territorios del Norte, concretamente la Galia y Germania lo que ha llevado a la posibilidad de pensar que aunque romanos, estos objetos fueran más usados por los descendientes celtas. La datación oscila entre el s.II y III lo que apunta a un lapso temporal plenamente romanizado.
Bastantes de ellos se hallaron en campamentos militares y aquí es donde aparecen las hipótesis más centradas en la vertiente castrense. ¿Podrían servir los orificios de diferentes tamaños para colocar los mástiles de los estandartes romanos o del águila? Si profundizamos en esa opción, efectivamente las bolas de los vértices darían estabilidad a la base pero siendo algunos dodecaedros tan pequeños, escasos 4 cm, no permitirían soportar su peso. No parece, por tanto, que esta sea una opción que se sustente demasiado.
Otra de las posibilidades planteadas debido a esa gran afición de los legionarios al juego, es que se trate de algún elemento lúdico, una especie de dado o juego en sí mismo. La posibilidad del dado no parece muy práctica teniendo en cuenta que algunos son de 10 cm y que las bolas dificultarían su giro.
Otra hipótesis que durante un tiempo tomó cierto peso, es que debido a que se hallaron principalmente en regiones más frías y con muy poca frecuencia en el área mediterránea del imperio, se tratara de un utensilio usado para la confección de guantes. Es cierto que algunos soldados romanos usaban los "ephatis" pero estaban reservados a la élite y confeccionados en púrpura, es decir el color más caro de la antigüedad. De hecho, se ha llegado a tejer los dedos de los guantes en los dodecaedros usando las esferas como soporte de la lana pero el precio de los materiales lo hace poco probable, aunque no imposible.
Tesoros Museo Británico
Utensilio doméstico o decorativo
Ante la imposibilidad de conocer por fuentes clásicas qué eran y ayudados por la tecnología actual se ha podido analizar su interior, hallando en alguno de ellos restos de cera. ¿Quiere eso decir que se usaran como porta velas? Bueno, podría ser, pero únicamente se localizó en alguno de los dodecaedros lo que no puede llevarnos a afirmar que fueran utilizados con tal fin de forma generalizada.
En lo que coinciden los especialistas es en la importancia de éstos para sus propietarios, los dodecaedros con frecuencia se localizaban dentro de cajas acompañados de otros objetos de valor como joyas y monedas, siendo por tanto, o al menos todo ello apunta, lo suficientemente importante como para custodiarlo con cierto celo.
La posibilidad que fueran meros objetos decorativos es algo que tampoco deba descartarse como opción.
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Utensilio medidor
Como hemos comentado la gran mayoría se excavaron en zonas con fuerte presencia militar, los orificios de diferentes tamaños permiten plantear varias hipótesis de su posible uso técnico como nivelador.
Una es la de medidor de diámetros de tuberías de agua, pero el hecho que cada dodecaedro tenga orificios sin tamaños coincidentes descarta esa opción. Una segunda posibilidad es el cálculo de distancias, el dispositivo permitiría mirar por una de las oberturas hasta ajustarla a la de la cara opuesta, permitiendo hacer cálculos topográficos.
¿Pensáis que se han acabado las posibilidades? Pues no... sigamos
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Utensilio astronómico
Algunos científicos han apuntado a la posibilidad que el dodecaedro tuviera un uso astronómico. La observación del ángulo de la luz a través de alguno de sus agujeros permitiría conocer las épocas propicias para las cosechas, pero de nuevo volvemos al problema inicial, los dodecaedros tenían diferentes tamaños al igual que sus orificios por lo que tampoco parece demasiado verosímil esa hipótesis.
Lo que sí es cierto, es que si hacemos caso a Plutarco, a la teoría de Platón en referencia al simbolismo de la propia geometría desde una vertiente astronómica y al reverso de la moneda que os pongo a continuación donde aparece un dodecaedro sobre la proa de un barco junto a otros elementos, puede apuntar a esa hipótesis de que tuviera un uso de localización espacial o de simple objeto sagrado.
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Las conclusiones son claras, no sabemos sus usos si es que los tenían y es más que posible que jamás lleguemos a conocer con certeza con qué finalidad fueron construidos. Aun así, este pequeño enigma de doce lados sigue siendo motivo de estudio y por qué no decirlo, de eterno enigma.
¿Qué pensáis vosotros?
Mireia Gallego
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