Roma está llena de grandes mujeres ilustres y corrientes, compañeras a la sombra pero con grandes historias que contar.
Ellas necesitan su espacio para ser colocadas en el lugar que les corresponde, mujeres valientes y sacrificadas que marcaron en ocasiones el curso de un futuro dominado por hombres.
Ellas son las damnificadas por la historia, ellas deben ser admiradas u odiadas, pero ante todo conocidas.