Volaterrae Volterra

Paisaje Toscano creca de Volterra
 

Introducción

Volterra está enclavado en uno de los parajes, sin duda, más espectaculares del mundo, la Toscana Italiana. 

Situada a 70 Km de las tres principales ciudades, Pisa, Livorno y Florencia, constituye un magnífico eje comercial basado en una agricultura próspera y en la explotación del alabastro, elemento muy apreciado para la confección de materiales como vasijas, jarras y perfumeros. 

A pesar de que Volterra es esencialmente una preciosa ciudad eminentemente medieval, lo cierto es que muestra de forma ejemplar su pasado etrusco, romano, medieval y renacentista, pues todos ellos disponen de sus elementos arquitectónicos visitables y representan un pequeño muestrario arqueológico por estratos que permite visualizar las diferentes etapas históricas de la ciudad.

 
Imagen aerea del teatro romano y el yacimiento etrusco

 

Esta antigua ciudad ya estaba habitada en el periodo neolítico, pero es en el s.VII a.C cuando la ciudad es ocupada por los etruscos formándose un prominente núcleo estable. Es en esta época cuando se construye una muralla perimetral de seguridad, muy extensa (17Km), que protege la ciudad etrusca. De la muralla original se han conservado varias puertas de acceso como las que se muestran en las imágenes inferiores y que fueron preservadas y utilizadas en época medieval, en ellas puede admirarse la cimentación etrusca, significativamente diferente a la realizada posteriormente. 

La muralla permite entender de alguna forma el asedio al que la ciudad fue sometida, teniendo en cuenta su posición intermedia entre el territorio galo y el romano, los etruscos se vieron en la necesidad de proteger sus tierras de cultivo, sus pastos y sus casas de posibles incursiones tanto del norte como del sur, y aunque Velathri formara parte de los doce lucomonie (liga etrusca de los 12), no estaban exentos de peligro, tal y como luego se vería tras la ocupación romana.

 

Puertas etruscas con arco de medio punto
 

La ocupación romana se inició en el s.III a.C en la batalla del Lago Vadimone donde la Liga etrusca pierde su carácter grupal y pierde la efectividad con la que fue fundada. Se tiene constancia que ya en época de Escipión, Volaterrae suministró a las tropas trigo para el abastecimiento durante las guerras púnicas, por lo que se puede deducir que el proceso de romanización no fue complicado en exceso. Lo que sí complicó, y mucho, el poder de Volaterrae fue el posicionamiento a favor de las tropas de Mario en la guerra civil que mantuvo con Sila. La victoria de este último y su nombramiento como dictator, hizo que se sometiera a la ciudad a un asedio durante dos años, que acabaría con la rendición final, la perdida de la ciudadanía y la expropiación de las tierras convirtiéndolas en propiedad del Estado. 

Las influyentes familias de Volaterrae suplicaron el levantamiento de la presión ejercida por Roma, y únicamente Cicerón amigo personal de la Gens Caecina, intermedió con el Senado y con Sila, para que redujeran significativamente el castigo. 

 

Una vez recuperado su estatus en los posteriores años y con una economía emergente, Volaterrae alcanzó su máximo nivel con la pacificación de Augusto, época en la que se rediseña el urbanismo y se construye el magnífico teatro en honor a Augusto.

Los restos

 
 

El teatro de Volterra, al igual que muchas de las construcciones homólogas, está situado allí donde el aprovechamiento de la pendiente permite ubicar el graderío. 19 filas de asientos son aun visibles, así como parcialmente los criptopóticos que permitían el desalojo o la dispersión del público hacia los asientos. En la parte más alta, casi tocando a la muralla aun puede contemplarse los tres nichos con escalones que llevaban a la parte alta del graderío. La orquesta semicircular estaba originariamente cubierta en mármol, dando paso al escenario y al frontal escénico. De este último sólo se pueden visualizar parcialmente los restos de la parte situada más a la izquierda, donde se aprecian los dos pisos de altura decorados con columnas corintias confeccionadas en mámol de Carrara, así como la estructura de las tres entradas que permitían acceder al escenario a los actores.

 

En la imagen y debido a que el frontal escénico se conserva parcialmente, son visibles las columnas que pertenecen a la plaza rectangular ubicada en la parte trasera del teatro y que estaban cubiertas permitiendo a los espectadores hacer un receso o resguardarse de la lluvia. Esta zona se intercomunicaba con el teatro a través de los criptopórticos laterales facilitando la entrada y salida del recinto.

Los baños romanos de Volterra están construídos ya en el s.IV de nuestra era cuando el teatro cayó en desuso. Con todos los elementos diferenciales, sala caliente, templada y fría, preserva los cimientos estructurales, utilizando lo que antes había sido la plaza del teatro como palestra.

 

Fuente romana

 

Hay pequeños detalles que salpican la ciudad y que no hay que dejarlos escapar, esta fuente es un ejemplo de las numerosas sorpresas que el viajero no debe obviar pues también forman parte del pasado romano de una ciudad ubicada en el corazón de la Toscana. 

Conclusión

Es cierto que Volterra destaca por su pasado medieval y renacentista, pero es un ejercicio necesario contemplarla en sus múltiples facetas para entender que aquéllo que escogieron los primeros hombres que poblaban la tierra era el preludio de lo que más tarde se convertiría en próspero y creciente. Los maravillosos parajes toscanos guardan con celo el valor de la historia hecho arte, en cada callejón, en cada muro, en cada plaza. Si ya es agradable pasearla junto a sus muros y balconadas imaginad las posibilidades de contemplar sus restos. 

 

 

 

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